martes, 2 de septiembre de 2008

CONVIVENCIA CON EL HOMBRE.

Incluso en presencia de su amo, el felino hará siempre lo que quiera. Si, por ejemplo, alguna ventana o una puerta representa un obstáculo para él, no se molestará en maullar para que se la abran; ya se las ingeniará para que no resulte un problema en la consecución de sus objetivos.
Así, hace del hogar su morada, que compartirá con su dueño, pero que no tendrá cabida para huéspedes ocasionales, antes de que sean meticulosamente examinados.
Todas estas características de la personalidad del gato hacen que mucha gente los considere egoístas, reservados y desagradecidos. De hecho, al principio el animal huirá de las caricias, no permanecerá en la misma habitación que su amo, se negará a permanecer en las rodillas del mismo y no responderá cuando se le llame; sólo aparecerá a la hora de la comida.
Pero el amante de los gatos comprenderá que estos rasgos de su carácter son los que les confieren personalidad y misterio; que necesitan la soledad y el distanciamiento. Aún así, puede llegar a establecerse una relación de amistad con el amo, una relación que hace que el animal prefiera vivir en la casa de su dueño a separarse de él.

UNA SOLITARIA MASCOTA


Si en algún momento llegara a enfermar, será difícil percibirlo. El gato simplemente se recostará sin emitir ningún lamento que muestre su dolor y rechazará cualquier ayuda del hombre o las curas del veterinario.
Todo ello muestra cómo los instintos del gato han permanecido inalterables a través de cualquier proceso de civilización. Sus comportamientos siguen siendo los mismos con el paso de los años: el gato puede y acepta vivir con los seres humanos, siempre que esta situación no afecte a su libertad o independencia.
Cazan solos, al igual que la mayoría de los felinos, a excepción del león. Descansa también en soledad, huyendo de la compañía de cualquier congénere. Y es que la soledad le ha enseñado al gato una paciente y sabia estrategia de aislamiento. Necesita un espacio propio que nadie viole y no precisa de la convivencia con otros gatos.
En cuanto a la procreación, el gato huye de compromisos ya que sólo buscará encuentros esporádicos, desentendiéndose tras los mismos. La relación de la gata con sus crías, por el contrario, se basa en vínculos muy fuertes que duran hasta el destete. Cuando llega esta etapa, a diferencia de otros animales, la relación con el progenitor se rompe para que no exista ningún tipo de pertenencia al grupo. De esta forma, la falta de sumisión es un rasgo dominante en este animal.
Convivencia con el hombre

EL SENTIDO DE INDEPENDENCIA DEL GATO




El gato, como el resto de sus parientes salvajes, tuvo en el pasado una vida libre, sin condicionamientos ni obligaciones. Por eso, su comportamiento actual es el reflejo del instinto que todavía sigue muy vivo en él. Estas pautas determinadas genéticamente le hacen saltar sobre su presa o tenderle una emboscada y, lo que es más importante, le facilitan la supervivencia cuando sale del hogar.
Su mandíbula, las garras, un cuerpo ágil, y una tremenda movilidad son sus armas para procurarse comida, pájaros o roedores en un ambiente de libertad en el que su dueño no sea quien le proporcione el alimento necesario para la subsistencia. Su autosuficiencia está asegurada.
Esta independencia viene determinada porque el gato disfruta haciendo lo que desea en cada momento. Tiene, además, un extraordinario sentido de la orientación que le permitirá alejarse de su amo sin que corra riesgo de perderse: será capaz de encontrarle aunque tenga que recorrer largas distancias para ello, incluso en lugares desconocidos para él.

CARACTER ACTUAL DEL GATO DOMESTICO

Los instintos del gato han permanecido inalterables a través de cualquier proceso de civilización: el gato puede y acepta vivir con los seres humanos, siempre que esta situación no afecte a su libertad o independencia.Si en algún momento enferma, se limitará a recostarse sin emitir ningún lamento que muestre su dolor y rechazará cualquier ayuda del hombre o las curas del veterinario.Incluso en presencia de su amo, el felino hará siempre lo que quiera. Hace del hogar su morada, que compartirá con su dueño, pero que no tendrá cabida para huéspedes ocasionales, antes de que sean meticulosamente examinados.Todas estas características de la personalidad del gato hacen que mucha gente los considere egoístas, reservados y desagradecidos. De hecho, al principio el animal huirá de las caricias, no permanecerá en la misma habitación que su amo, se negará a permanecer en las rodillas del mismo y no responderá cuando se le llame; sólo aparecerá a la hora de la comida.Pero el amante de los gatos comprenderá que estos rasgos de su carácter son los que les confieren personalidad y misterio; que necesitan la soledad y el distanciamiento. Aún así, puede llegar a establecerse una relación de amistad, muy diferente a la relación de sumisión que se establece con los perros por ejemplo, que hace que el animal prefiera vivir en la casa de su dueño a separarse de él, y que puede extenderse a otros animales.

CARACTER ANCESTRAL

En libertad cazan solos, descansa también en soledad, huyendo de la compañía de cualquier congénere. La relación de la gata con sus crias marca el caracter de los futuros adultos: se basa en vínculos muy fuertes que duran hasta el destete, momento en que la relación con el progenitor se rompe para que no exista ningún tipo de pertenencia al grupo. De esta forma, la falta de sumisión es un rasgo dominante en este animal.

ESA INDEPENDENCIA DE LOS GATOS



Casi todos estaremos de acuerdo en que la mayor característica del caracter de un gato es su independencia. No hay que confundir esa independencia con ser ariscos o irascibles. El gato hará lo que en cada momento desee y quiera, sin importarle nuestras preferencias y nuestros gustos.

PROVENENCIA DE LOS GATOS


¿De donde provienen los gatos?

El gato apareció en la tierra antes que la mayoría de los animales que han llegado a ser domésticos y, sin embargo, ha sido uno de los últimos en ser domesticados por el hombre.

No sabemos a ciencia cierta cuándo se convirtió en compañero suyo. Sin duda la fascinación y misterio que siempre ha rodeado, para su bien y su mal, al gato, ha dado lugar, desde la noche de los tiempos, a todo tipo de leyendas sobre su origen.

Una de ellas cuenta que, en pleno Diluvio Universal, en el arca no existía aún el gato. A medida que pasaron los días los ratones se multiplicaban y arrasaban con las existencias de alimentos. Noé, desesperado, pidió ayuda a Dios, que le invitó a acariciar tres veces la cabeza del león. Este estornudó y de sus fosas nasales salió la criatura que controlaría a los voraces ratones: el gato.

Leyendas aparte, el antepasado común a todos los mamíferos carnívoros es el grupo de los miácidos, que surgió en la tierra en el eoceno, hace unos 65 millones de años. Estos eran animales de cerebro más desarrollado que sus antecesores, y dotados de unas características morfológicas que los hacían aptos para la depredación, lo que permitió su supervivencia y su difusión.

A partir de estos miácidos comenzaron a evolucionar, hace aproximadamente 12 millones de años, los felinos propiamente dichos. A lo largo del duro camino de la evolución, algunos se extinguieron, como fue el caso del famoso tigre dientes de sable. Hace 3 millones de años, los registros fósiles nos indican que existían félidos pertenecientes a los tres géneros de gatos modernos: Acinonyx (guepardos), Felis (gatos menores) y Panthera (gatos mayores).

Estos tres grandes grupos comprenden todas las especies de felinos existentes en la actualidad, entre las que se encuentra el gato doméstico (Felis domesticus).

Los primeros gatos aparecieron hace 200 millones de años junto con los dinosaurios, convirtiéndose en un grupo principal y dominante cuando los grandes reptiles desaparecieron.La inteligencia y agilidad en la caza sólo las alcanzaron hace 3 millones de años cuando se establecieron las razas que actualmente se conocen.
El gato en si es originario de Egipto.

La comunicación en gatos:
El repertorio comunicativo del gato doméstico y sus parientes salvajes