
Así, hace del hogar su morada, que compartirá con su dueño, pero que no tendrá cabida para huéspedes ocasionales, antes de que sean meticulosamente examinados.
Todas estas características de la personalidad del gato hacen que mucha gente los considere egoístas, reservados y desagradecidos. De hecho, al principio el animal huirá de las caricias, no permanecerá en la misma habitación que su amo, se negará a permanecer en las rodillas del mismo y no responderá cuando se le llame; sólo aparecerá a la hora de la comida.
Pero el amante de los gatos comprenderá que estos rasgos de su carácter son los que les confieren personalidad y misterio; que necesitan la soledad y el distanciamiento. Aún así, puede llegar a establecerse una relación de amistad con el amo, una relación que hace que el animal prefiera vivir en la casa de su dueño a separarse de él.

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